Parálisis Cerebral
¿QUÉ ES LA PARÁLISIS CEREBRAL?
La parálisis cerebral es el resultado de una lesión en un cerebro que aún no se ha desarrollado. Puede producirse por malformaciones genéticas, prematuridad infección, un traumatismo o problemas durante el parto entre otras causas.
Desde el punto de vista ortopédico se afecta el desarrollo de la función motora, produciéndose espasticidad, trastornos del movimiento, postura y control motor.

Aunque se trata de una afectación que es estática, como ocurre en un cerebro inmaduro y un esqueleto en crecimiento, las manifestaciones son progresivas y las deformidades pueden empeorar con el tiempo.
Se pueden ver involucradas:
- Las cuatro extremidades, piernas y brazos (cuadriplegia)
- Las extremidades inferiores (piernas) principalmente (diplegia). Es la forma más frecuente
- El brazo y la pierna del mismo lado (hemiplegia), con mayor afectación del miembro superior
- Tres de las cuatro extremidades (triplegia)
Es importante determinar la capacidad funcional y los pacientes se pueden clasificar en los que tienen capacidad de caminar (deambulantes, con o sin ayudas externas) y los que no pueden hacerlo.
¿CÓMO AFECTA AL PIE?
Hay que tener en cuenta que la maduración de la posición del pie en niños con parálisis cerebral se suele producir a los 7-8 años. Las deformidades que se desarrollan van a venir determinadas por el desequilibrio muscular que ocasiona la espasticidad de determinados grupos musculares:
- EQUINISMO: Produce una marcha de puntillas. Es la más frecuente y precoz
- CAVO – VARO: El equino se suele asociar al varo, desviación que hace que el paciente pise con el borde externo del pie.
- PLANO -VALGO: En otras ocasiones se desarrolla un pie plano valgo en el que no existe arco plantar y el paciente apoya la parte interna de su pie
Pero hay que tener en cuenta también la afectación que se produce a nivel de otras articulaciones:
- Caderas: suelen tener un aumento de la rotación interna o anteversión femoral. Esto, asociado a la espasticidad de los aductores produce una marcha en “tijera”. Hay que evitar que se produzca una luxación de las caderas
- Rodillas: Suele haber un torsión tibial interna (más frecuente) o externa así como una flexión de las mismas, que produce una “marcha agachada”
TRATAMIENTO
El tratamiento siempre debe ser multidisciplinar, e incluyen a los neuropediatras, rehabilitadores y fisioterapeutas. Inicalmente, en los primeros años de vida del niño, se colocan ortesis y se prescribe fisioterapia e infiltraciones con toxina botulínica. Existen otras opciones para la espasticidad como las bombas de baclofeno o las rizotomías.
Como en todo problema neurológico en el que es la actividad muscular no equilibrada la que causa las deformidades, es fundamental restaurar un pie equilibrado mediante transferencias o alargamientos de tendones. En pacientes intervenidos en la adolescencia o en la edad adulta, si las deformidades son muy rígidas, puede ser necesario realizar una cirugía ósea para corregirlas (osteotomías, artrodesis).
Es necesario evitar en estos niños realizar múltiples cirugías seriadas ya que los periodos de inmovilización atrofian su musculatura. Por tanto, si los pacientes presentan afectaciones a nivel de las rodillas o caderas, se intentará corregir todas las deformidades en una misma operación (cirugía multinivel) para minimizar el tiempo de recuperación.